El Instituto Atlético Central Córdoba concluyó su temporada con un sabor agridulce, pero con la satisfacción de haber logrado el objetivo primordial: asegurar su permanencia en la primera división. A lo largo de la temporada, el equipo enfrentó numerosos desafíos y momentos difíciles, y supo sortearlos con determinación y compromiso.
En palabras del entrenador Diego Dabove, el camino no fue fácil, pero el logro alcanzado significa un crecimiento fundamental para la institución. Más allá de los obstáculos, el equipo se mantendrá en la máxima categoría, consolidando así un proyecto que va más allá del rendimiento del primer equipo. La importancia de las divisiones inferiores, fuentes de talento y calidad, no pasa desapercibida en este logro que en algún punto se festeja en La Agustina.
El DT planteó, en algún momento, la posibilidad de que jugar la Copa Sudamericana en 2024 podía ser contraproducente. Aunque las dificultades son evidentes, el enfoque del equipo no es conformarse con poco, sino entender los procesos y tiempos necesarios para construir un proyecto sólido y sostenible. La lectura de la experiencia del entrenador revela una mentalidad ambiciosa y a la vez realista.
La hinchas de Instituto despidieron a su equipo con alegría y la certeza de que el próximo año verán a su equipo en la categoría que siempre quieren. El regreso al Monumental para enfrentar a los rivales deseados es motivo de celebración para los hinchas, cerrando así un 2023 que deja espacio para imaginar un 2024 lleno de ambiciones más elevadas.
En definitiva, Instituto cierra esta temporada no solo con la permanencia en primera división, sino también con la promesa de un futuro prometedor, basado en una visión estratégica y en el compromiso de construir un proyecto sólido a largo plazo. Ya habrá tiempo, por suerte, para ponerse objetivos de protagonismo en la próxima Copa de la Liga y torneos internacionales. Y no haber quedado tan lejos también es un aliento a saber que tampoco es algo inalcanzable.